IHI - Cobertura de Maternidad - relato de un Cliente

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IHIAlgún tiempo antes de casarme mi marido decidió contratar un seguro mientras viajaba en el extranjero. Teniendo en cuenta la cobertura de nuestros futuros hijos, evaluó diferentes opciones de seguros y se dió cuenta de las grandes diferencias en la cobertura. ¡Él escogió el plan IHI! Después de casarnos y quedar embarazada, pasé por un embarazo de alto riesgo, que terminó con el nacimiento prematuro de mi hija casi tres meses antes de la fecha.

Ivanita nació en la 29va semana pesando sólo 980 gramos, bajando luego a 760 gramos en la primer semana.

Desde ese momento en adelante estuvimos muy angustiados pues los riesgos para un bebé nacido prematuramente son muy altos.

Gracias a Dios que estábamos asegurados con IHI, que desde el momento en que les notificamos, estuvieron a nuestro lado, inicialmente mediante la emisión de una garantía de pago directo al hospital en la ciudad de México, pero sobre todo por que nos ofrecieron apoyos moral y emocional durante toda la experiencia. Sus llamadas telefónicas diarias y atención continua nos ayudaron a prevalecer durante toda la espera y la incertidumbre que tuvimos que soportar. Tres días después de que Ivanita naciera sufrió una hemorragia cerebral, que afectó el 40% de la parte izquierda de su cerebro. Los médicos, sin embargo, nos dieron mucha esperanza pues seguía evolucionando favorablemente. Esta hemorragia causó que la circulación de líquido cerebral fuera bloqueado, que condujo a hidrocefalia obligando a los médicos a insertar una válvula de drenaje.

IHI inmediatamente sugirió que podíamos optar por el mejor especialista en el mundo para tratar a nuestra hija y nos proporcionaron información sobre los neurocirujanos especializados en recién nacidos.

Teníamos mucha confianza en el neurocirujano que nos atendió en la Ciudad de México, así que decidimos seguir allí.

Debido al bajo peso de mi hija, tuvieron que colocar una válvula provisional antes de que pudieran insertar la permanente. Esta fue su primera operación. Tuvimos que esperar un mes antes de que pudieran cambiarla.

Al mes siguiente debía someterse a su segunda operación, pero después de 24 días la válvula se había bloqueado. Este era uno de los riesgos inherentes que sabíamos existía.

Mi hijita tuvo que someterse a una tercera operación para abrir y limpiar el tubo pequeño dentro de la válvula.

Hasta este momento, casi tres meses de hospitalización habían pasado con terapia intensiva y terapia para recién nacidos. Durante todo este tiempo IHI permaneció en contacto con nosotros facilitando todo lo que tenía que ver con la administración y nunca tuvimos que pagar nada de nuestro bolsillo - todo gracias a los servicios de pago directo al hospital. Ivanita había ido a casa con nosotros cuando – después de un mes – tomografías computarizadas revelaron que su cuarto ventrículo había sido bloqueado. Los cirujanos ahora tenían que insertar una segunda válvula de derivación.

Volvimos al hospital para la operación en donde hicieron una endoscopia y ahora mi hijita tenía dos válvulas en su pequeña cabeza. La semana siguiente fuimos dados de alta del hospital y nos fuimos a casa – IHI todavía seguía todo de cerca, manteniéndonos informados y apoyándonos. Diez días después de regresar a casa Ivanita comenzó a llorar y vomitar con una frecuencia preocupante. Después de hacerla examinada, tuvimos que admitirla de nuevo debido a una infección contraída durante la última operación. Debían de retirar ambas válvulas pues bacterias se habían adherido a los aditamentos así que de nuevo debía ir a la sala de operaciones. Después de casi un mes de tratamiento antibiótico logramos eliminar las bacterias por completo. El cirujano luego tuvo que operarla de nuevo con el fin de reemplazar la válvula. Esta vez sólo era necesario insertar una válvula pues los ventrículos habían sido desbloqueados por la endoscopia que se llevó a cabo durante la segunda operación de la válvula. Esta fué la sexta operación en sus cinco meses de vida. Después de esta dura experiencia estamos nuevamente de vuelta a casa. Ivanita crece y se desarrolla a la perfección. Ella tiene sesiones semanales de fisioterapia y se somete a exámenes de rutina por su pediatra. Y para nosotros, todo lo que pasó fué como una pesadilla. Pero lo que sí recordamos es el apoyo incondicional ofrecido por IHI. Naturalmente, estuvimos grandemente entristecidos emocionalmente pero IHI retiró las cargas y aprietos financieros reembolsando directamente al hospital y a nuestra enfermera a domicilio.

Sinceramente, no sé qué hubiéramos hecho sin la ayuda sincera de IHI, que simplemente hizo lo difícil mucho más fácil de sobrellevar.

Les saluda atentamente,

Marión Sulkin